La combinación del cambio climático, el crecimiento urbano descontrolado y la infraestructura deficiente ha llevado a la Ciudad de México al borde de una profunda crisis hídrica. El agua subterránea se está agotando rápidamente, un embalse clave se ha secado y el año pasado fue el más caluroso y seco en al menos 70 años. Uno de los principales sistemas de agua de la ciudad podría enfrentar un "Día Cero" este verano, cuando los niveles bajen tanto que ya no puedan suministrar agua.